Aunque se había proyectado una inversión menor, ante las necesidades se destinaron más apoyos.
Entre las obras realizadas está la conclusión de la pavimentación del primer bloque del camino de acceso al panteón, se rehabilitó la capilla, se cambiaron las bancas, se hizo una nueva oficina y concluyeron la barda perimetral que colinda con la avenida Nichupté.
Además se pusieron bóvedas para alargar la vida útil del panteón.
Como parte de estas acciones, se dijo que se ha cambiado todo el mobiliario y se ha sacado la basura y escombros para sumar 260 toneladas.
En lo que se refiere a las mil 500 bóvedas que se deben recuperar, ante el abandono de casi 18 años en el que se encuentran, se ha tenido una baja respuesta de los familiares.
En la primera fase son 500 bóvedas las que se van a rescatar y sólo un 10 por ciento ha respondido y en caso de que los familiares no acudan se procederá a remover los restos, para volver a habilitar estos espacios y alargar la vida del panteón.
Susana Pérez