De profesión maestro de matemáticas y músico por afición, José Genaro Pérez Limón, de 71 años, nos comparte su pasión por el atletismo, deporte que practica desde sus 16 años y lo ha mantenido sano y entero.
Originario de Tlaxcala, señaló que nunca ha corrido un maratón, pero sí medios maratones, debido a que no tenía tiempo de entrenarse.
A la fecha sigue corriendo, al menos, tres veces a la semana 10 kilómetros, porque quiere mantenerse sano y no dar «guerra» a la familia.
«Todavía salgo a caminar en las mañanas una hora y cada dos o tres días salgo a trotar hasta 10 kilómetros u ocho, según como se sienta uno», dijo.
Invitó a sus amigos a caminar o a trotar, pero se desaniman y argumentan que no lo pueden hacer por su edad.
Sin embargo, considera que nunca hay edad para practicar este deporte en el que no se invierte más que tiempo y disciplina.
«El correr también es una disciplina y a muchos jóvenes que han ido conmigo les digo que es necesario la disciplina…», externó.
Tiene dos hijos: uno practica el básquetbol, al igual que sus nietos; y su hijo Adriel, el atletismo, quien pertenece al club Red Runners de Cancún con quien igual sale a trotar y recuerda que a sus 65 años vino a correr 10 km en la última versión del maratón de Cancún.
También le gusta la música y junto con sus primos conformaron un grupo de rock » Los GAPX» que era la inicial del nombre de cada uno de ellos y tocaban música de los 70’s y cantaban en inglés.
«También toqué en un grupo de rock and roll, fui rockanrolero de los 70’s y eso me dio vida, tocar un instrumento para distraerse», afirmó.
Señala que cuando uno es joven es hábil y ahora invita a los jóvenes a que se preparen y aprovechen lo que les ofrece una ciudad, donde hay más acceso a todo.
Lo importante es salir adelante y no hay limitantes y él viene de una familia de bajos recursos, donde había 14 hijos, pero quería prepararse y tuvo que trabajar y estudiar hasta lograr ser licenciado para poder ser profesor de matemáticas de secundaria y preparatoria.
«En la época de joven jamás pensé que iba a ser un maestro, el destino me llevó a ser maestro, porque salía caro y me llevaba como 30 minutos para llegar a Tlaxcala y Puebla donde se concentran las universidades, y si quiere uno sobresalir hay que buscar los medios», aseguró.
Una de las cosas que le falta por hacer es viajar más, aunque radica en Tlaxcala y viene a ver a su hijo que vive en Playa del Carmen y Cancún.
Fue operado de la próstata el año pasado y eso no lo ha limitado a seguir corriendo y entrenar a pesar de hacerlo con temperaturas de 8 grados.

