En el siglo XXI, profesores de Cancún consideran que la sociedad no ha reconocido plenamente su papel dentro de la formación de individuos de bien para el crecimiento de la comunidad.
De acuerdo con el profesor Raúl Bracamonte, el ser profesor, es ante todo un compromiso social.
La tecnología y las nuevas plataformas digitales que existen gracias a la internet han modificado y creado nuevos canales de comunicación entre profesores y alumnos.
Con nuevos y diversos ductos de comunicación la labor del docente se extiende y no es fácil que concluya al abandonar el recinto escolar.
La función del profesor se prolonga y es por esa razón en parte, que no se sienten socialmente reconocidos suficientemente por su labor.
Ante la percepción que parte de la sociedad tiene del profesor como un individuo flojo, por las interrupciones de clases, por festividades, por días no laborales que el sistema impone, opinó.
En una zona de altas temperaturas como es Cancún, la clases se llevan a cabo en aulas no climatizadas, y con grupos que rebasan en ocasiones los 45 alumnos.
Si bien existen opiniones diversas y en muchos casos encontradas ante el desempeño y la eficiencia del magisterio, lo cierto es que como expuso la profesora Guadalupe Sarabia, la transformación debe iniciar de manera individual.
Existen casos de profesores que desempeñan su labor sin vocación, que casi casi de manera accidental se encuentran frente a grupo, a igual que sucede en otras profesiones.
A lo que aspiran los profesores, es a mejorar su imagen, a sentir que su rol de formadores de individuos es reconocido socialmente y también que los padres de familia se involucren más en la educación y respalden más el proceso de enseñanza de sus hijos.
Entonces, lo ideal sería que cada actor implicado en el proceso de formación de los jóvenes, asuma su rol con responsabilidad, porque señalar las deficiencias de uno y otro lado, no desemboca en el cambio de los resultados.
Jorge Andrade