En Quintana Roo no hay un registro real del número de mecánicas que trabajan en la entidad, pero sí se fomenta su capacitación a través de talleres de mecánica básica para mujeres organizados por la Secretaría de las Mujeres y otros organismos, que buscan empoderar y promover su autonomía.
Estas iniciativas ayudan a las mujeres a desarrollar habilidades prácticas para el mantenimiento de sus vehículos.
Sin embargo, hay quienes han elegido esta actividad, porque les gusta, como es el caso de Adriana Silveira Medel, quien es de profesión ingeniera agrónomo y desde que recuerda le han atraído los autos y su reparación, gusto que fue fomentado por su padre en su niñez y que ahora ha podido desarrollar en el taller de su tío Willy.
Ella es ayudante eléctrico automotriz, actividad que no recuerda desde cuándo la realiza.
«Pues me gusta, porque conozco la herramienta, conozco un poco de autos, siempre me han gustado los coches» dijo.
A sus 30 años, se siente contenta de su oficio, lo que le permite detectar las fallas eléctricas de un auto y le facilita tener en óptimas condiciones su vehículo.
Hasta el momento no ha recibido queja de algún cliente o no se ha dado cuenta de ello y ha sido bien aceptada.
«Pues como no soy como las demás mujeres de que les ponen hacer algo y dicen que no pueden hacerlo o no lo sé hacer, no me dicen nada, al contrario, me preguntan si lo haré y agarro bien la herramienta y no hay problema», señala.
A diferencia de otras mujeres, a Adriana le gustaría contar con su propio taller y señala que el desarrollarse como ayudante de eléctrico automotriz no tiene que ver con el género, sino con el gusto.
«Siento que siempre es en base a lo que a ti te guste y tiene que ver con los papás de cómo te den la educación, yo sé hacer cosas de mujeres como cocinar, pero también me enseñaron a hacer otras cosas para no depender de otros y hacer cosas sencillas como cambiar una llanta, para no pagar 300 pesos y hacerlo en cinco minutos», asevera.
Desde los 15 años sabe conducir y también le enseñaron a checar el aceite, cambiarlo y cambiar las llantas, así cómo qué hacer cuando maneja en carretera y cómo enfrentar una contingencia como una ponchadura de llanta y buscar la solución.
«A mí siempre me enseñaron, piensa, tienes que pensar, tienes que ingeniártelas y mentalizarte que nadie te va a ayudar, lo tengo que hacer yo y si ya recurrí a mil maneras y no pude, recurriré a alguien que me pueda ayudar», señala.
La Secretaría de Economía señala que en México hasta el primer trimestre del 2025, el 3.99% de las personas ocupadas en «Reparación y Mantenimiento de Automóviles y Camiones» son mujeres, que se traduce en 93 mil personas mujeres de un total de 2.32 millones de ocupados (96% hombres y 3.99% mujeres).
En tanto en Quintana Roo no hay registros del número de mecánicas, pero para el primer trimestre del 2025 se sabe que hay 197 mujeres que trabajan como mecánicas en la instalación, mantenimiento y reparación de equipos de refrigeración, climatización y aire acondicionado.
En Cancún hay programas que promueven la participación de mujeres en la mecánica, como la Secretaría de las Mujeres que ofreció a una decena de mujeres el curso de » Mujeres al volante», donde aprendieron a cambiar bujías, aceite, llantas, revisar frenos y usar herramientas básicas para el mantenimiento de sus vehículos.
En tanto el Poder Judicial del estado, ofrece talleres de mecánica básica para mujeres por parte de la ingeniera en diseño automotriz, Alejandra Cebada Fernández, quien señala que le gusta la parte mecánica en donde ha estado unos cinco años, aunque su profesión va más con los diseños y el ensamble.
«No hay límites para las mujeres, si te gusta y te apasiona de verdad te apasiona lo disfrutas, a mi me gustaba cambiar aceite, al principio me costó aprender y como siempre me ha gustado fue muy fácil, porque hacia algo que me apasionaba», dijo.
Cebada Fernández señala que es básico que las mujeres sepan de mecánica para saber qué hacer cuando conduces un auto.
Reconoce que fue de las primeras mujeres mecánicas en Cancún que trabajó en la Wolkswagen y fue raro para los hombres
«Pues al principio, como fui la primera mujer en Cancún, sí fue raro, porque decían que no iba a poder, pero me enseñó una persona con mucha experiencia y me daba miedo», señala.

