Por Susana Pérez
El amor a la vida y a sus hijos, es lo que permitió que la familia de Elena Noemí de Jesús Canto siga unida a pesar de todas las adversidades.
A sus 71 años se describe como una mujer optimista que ha trabajado por tener paz y armonía en su hogar.
Originaria de Mérida. Yucatán, pero radicada en Cancún desde hace 20 años, nos narra que siempre se dedicó al hogar y al cuidado de sus tres hijos y ahora de sus dos nietos.
Se dice feliz, porque sus hijos lo son y han logrado estudiar, trabajar y tener una familia.
“Yo me siento feliz en mi casa, están mis hijos tranquilos, contentos y veo cómo van creciendo y cómo van superándose” .
Se casó a los 20 años y a los 49 años se divorció y no piensa en volverse a casar.
” Ni por la mente se me pasa, ya cerré mi corazoncito, soy feliz así y así voy a seguir siendo”, aseguró.
Para ella, la unidad y el amor a la familia está por sobre todas las cosas y es que a pesar de estar separada del padre de sus hijos lo apoya y atiende cuando está enfermo y cuando lo requiere, porque señala que es el padre de sus hijos y lo que pasó entre ellos ya lo ha superado.
De hecho, buscan convivir con él y siempre están al pendiente de él, esto junto con sus hijos.
“Es el papá de mis hijos, me da gusto estar al pendiente de él cuando se enferma, lo voy a cuidar, le voy a cocinar, pero lo hago porque quiero que mi conciencia esté tranquila y cuando se enferma yo lo apoyo” .
A doña Elena le gustaría viajar a la Ciudad de México y Guadalajara, porque cuando estuvo casada fue con su esposo a probar suerte.
Se dice afortunada con sus hijos, ya que no la dejan, cosa que no pasa con otros padres.
” Los hijos no tienen por qué juzgar a los padres y yo lo veo mal, porque he visto viejitos que tienen a sus hijos estudiados y piden caridad, no los apoyan, yo lo veo mal”, aseveró.